NOTA DEL AUTOR
En todo el texto se utilizan los términos «Aliados» y «Eje», y es necesario hacer algunos matices. La primera expresión, «los Aliados», abarca una serie de coaliciones cambiantes: Gran Bretaña, Francia y Polonia de 1939 a 1940, Gran Bretaña y la Unión Soviética en 1941, y Gran Bretaña, la Unión Soviética, Estados Unidos y gran número de estados menores a partir de 1942; desde 1944 en adelante, tras la caída del régimen de Vichy, Francia volvió a ser una de las principales potencias aliadas. Los nombres de Gran Bretaña y Francia designan también sus respectivos imperios coloniales. En el caso británico, el imperio incluye los estados denominados «dominios» —Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica—, todos los cuales hicieron aportaciones importantes a la causa aliada. Ni los Aliados ni las potencias del Eje estuvieron unidos a través de una alianza formal de carácter militar o político. Sólo Gran Bretaña y la Unión Soviética acordaron una alianza en firme, que se selló en 1942. Los países del Eje sólo estaban unidos por acuerdos informales. Italia rompió con el Eje en 1943, aunque en ambos bandos siguieron combatiendo italianos. He persistido en emplear las denominaciones convencionales con plena conciencia de su imprecisión histórica. Las otras opciones son sencillamente demasiado engorrosas y harían que la lectura resultara pesada, pero los defectos de los términos tradicionales deben tenerse presentes.
También los pesos y medidas conllevan sus dificultades. Por regla general, he utilizado el sistema imperial —o antiguo sistema británico— para los pesos y las distancias, es decir, libras, toneladas y millas; pero, en los casos en que comúnmente se emplea el sistema métrico decimal (por ejemplo, para indicar el calibre de ciertas armas de fuego y las longitudes de onda), me he atenido a él. La milla marina internacional equivale a 1852 metros. En cuanto a la tonelada, he utilizado el término de forma polivalente para referirme, al hilo de la narración, a la tonelada británica, estadounidense o métrica: en general, las toneladas correspondientes a la producción soviética o alemana son métricas, esto es, 1000 kg, en lugar de los 1016 del sistema imperial británico. En Estados Unidos, el valor habitual de la tonelada es de 1102 kg. Por otra parte, las medidas de la producción de petróleo japonesa y estadounidense se dan generalmente en barriles (un barril contiene 119,07 litros), y una tonelada de petróleo equivale a siete barriles y medio. Así pues, hubiera sido igualmente prolijo explicitar estas diferencias en el texto.
Prefacio
Cuando la gente se enteró de que mi próximo libro iba a titularse Por qué ganaron los Aliados , la réplica habitual fue «¿Ganaron?». Hay muchas formas de ganar. El paso del tiempo ha permitido argüir que ninguno de los tres aliados principales —Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética— ganó gran cosa. Gran Bretaña perdió su imperio y su papel de líder mundial; Estados Unidos se encontró con que había cambiado un enemigo europeo por otro, un «imperio del mal» más peligroso e impenetrable que el de Hitler; en cuanto a la Unión Soviética, el coste de mantener su condición de superpotencia, adquirida en 1945, acabó por provocar una crisis en su propia sociedad, que la condujo al derrumbamiento en 1991. Los tres países del Eje —Alemania, Italia y Japón— no han vuelto a hacer ningún intento de convertirse en grandes potencias militares, pero los tres han conocido la prosperidad económica. Alemania y Japón son las superpotencias del mercado mundial y sus ciudadanos son mucho más ricos que los británicos, cuyo esfuerzo bélico estuvo a punto de arruinar una economía que en 1939 era de las más ricas del mundo. En eso piensa la gente cuando pregunta «¿Ganaron?».
Es indiscutible que los Aliados ganaron la contienda militar en 1945; y este libro trata de la victoria en este